Entre los cambios que prevé la nueva ley figura la supresión de otra de las comisiones habituales en las hipotecas: la comisión de estudio, cuyo coste tendrá que incluirse en los costes de apertura. Sin embargo, el cambio normativo no tendrá consecuencias efectivas para los consumidores españoles ya que, a día de hoy, ninguna entidad cobra ya ese cargo. 

En cambio, el 50% de los préstamos para la compra de vivienda sí dispone actualmente de comisión de apertura, un coste que se sitúa, de media, en el 0,66%, lo que equivale a 742,61 euros para una hipoteca media en España.  

“La normativa europea prometía traer cambios sustanciales al panorama hipotecario. Sin embargo, algunos de sus artículos no tendrán consecuencias palpables para el consumidor y otros dependerán de lo que decidan hacer las autoridades españolas competentes. Por ejemplo, la ley obliga a que quienes comercialicen hipotecas dispongan de una formación específica, pero será el Ministerio de Economía quien determine cuál será esa cualificación. Del mismo modo, en lo referente a la mejora de la transparencia, la norma deja que sea Economía quien decida qué cláusulas de los contratos deben ser tratadas de una forma específica por las entidades para evitar problemas como los generados por las cláusulas suelo”, apunta González.

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