El sector de bebidas con contenido alcohólico, representado por Cerveceros de España, la Federación Española del Vino (FEV) y la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), se ha unido junto con representantes de toda la cadena de valor (sector agrícola, industrial, distribución comercial y canal horeca) para reclamar de forma conjunta el mantenimiento de la fiscalidad en los términos actuales. Aseguran que la posible subida de impuestos para el próximo año que estudia el Gobierno restaría valor al crecimiento de la economía y su competitividad, a la generación de empleo y a la contribución retributiva a la hacienda pública.

El alboroto es importante en el sector hostelero, como ya ha dejado patente la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR), también en Zamora, una de las capitales de España con más bares por habitante, con un sector hostelero fuerte al ser uno de los epicentros del turismo de interior y también con un amplio abanico de hostelería nocturna.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha dejado entrever una hipotética subida de los impuestos especiales e incluso del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) para determinados sectores. Recuerda el sector hostelero que la defensa del mantenimiento de los niveles de fiscalidad actual se apoya en el análisis del informe ‘El sector de bebidas con contenido alcohólico y su relevancia en la economía española’, elaborado por Analistas Financieros Internacionales y suscrito por más de una veintena de asociaciones representantes de la cadena de valor.

En un escenario de mantenimiento de la política fiscal y con las previsiones de crecimiento actuales, tomando como base 2014 -2017, los datos muestran que la actividad económica (VAB, Valor Añadido Bruto) se incrementaría en 3.448 millones de euros (representaría un incremento del 8,6% sobre la contribución actual del sector al PIB); podrían generarse 64.061 empleos en toda la cadena de valor; y la contribución fiscal de la cadena de valor del sector aumentaría en 1.718 millones.

“La subida fiscal incide o bien en los márgenes empresariales, lo que induce a cesar actividades o reducir inversiones, con la consiguiente pérdida de VAB y empleo; o bien se traslada a los precios finales de los consumidores, que si no reducen su consumo cambian el canal (consumo hogar vs hostelería, que genera más recaudación) y adquieren productos de menor precio o categoría, en detrimento de aquellos de mayor valor añadido o precio, que son los que mayor retorno fiscal generan”, explica el informe.

Asimismo, potenciales incrementos del tipo del IVA podrían afectar a aquellos segmentos sociales de menor renta (efecto regresivo en la distribución de la renta) y al turismo, atendiendo a la sensibilidad del precio en el consumo. “El efecto combinado de la sustitución del canal y del patrón de consumo se traduce en una reducción en el valor añadido de la actividad, que lleva aparejada una menor necesidad de trabajadores y una menor recaudación asociada -en la medida en que la base de aplicación del IVA se ve reducida- sin que por ello se vea particularmente afectado el consumo global”, añade el estudio en el que se basa el sector hostelero.

Y concluye que en las situaciones en que la industria no pueda repercutir el Impuesto Especial sobre la distribución, este se traslada al precio pagado por las materias primas, con la consiguiente insostenibilidad de las explotaciones agrícolas -con márgenes muy ajustados- y la desincentivación de la actividad. Por el contrario, si se internaliza el impuesto por parte de la industria, se produce un menor margen empresarial, que reduce las expectativas de beneficios y merma la capacidad de inversión.

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