“¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor, que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y este spray pinta mejor?”. Con estos versos, el actor que encarnará al Don Juan del Spray ha ofrecido este miércoles un pequeño anticipo de ‘Ojitos tq’, el drama religioso-fantástico-romántico más leído en Zamora.
Tras su representación en los escenarios más prestigiosos de la provincia como vallas de obra y puentes de autovía, la historia será llevada a escena por El Compás Teatro el próximo 14 de febrero, Día de San Pinturrín. “Tras mantener en vilo a la sociedad zamorana durante todo el verano, es hora de que se conozca la verdad”, ha afirmado en rueda de prensa el director de la compañía local, Indulgencio Campanario.
Tras ochenta siglos representando Don Juan Tenorio con gran éxito de público y crítica, Campanario dirigirá ‘Ojitos tq’ pero manteniendo la esencia de los personajes más destacados como Don Luis Lejía y la dulce Doña Inés de Filloa. Además, “las letras cobrarán vida y el misterio sobre la identidad y el género de los dos protagonistas se mantendrá hasta el último verso”, ha apuntado el director, quien no ha querido desvelar más detalles sobre el desenlace final.
Asimismo, desde Campeche Producciones Audiovisuales han anunciado que ‘Ojitos tq’ también se podrá ver en las salas de cine próximamente: “Tenemos material suficiente para varias entregas por lo que hemos decidido rodar una trilogía: ‘Ojitos tq’, ‘Ojitos perdóname’ y ‘Yoli tq’”.
En este sentido, cabe recordar que la repercusión de ‘Ojitos tq’ no es moco de pavo. Su cese de actividad provocó el cierre definitivo de Pinturas Tizón aunque, si bien es cierto, en los próximos días está prevista la apertura de Estropajos Majos, una nueva empresa que ha decidido arriesgar y apostar por Zamora para comenzar su andadura profesional tras una ardua investigación de mercados.
Y es que, tal y como anunciaron desde la compañía durante la presentación de la obra, la función será benéfica. Por cada entrada vendida, la compañía donará un estropajo a la Fundación ‘Stop Ojitos’ con el objetivo de que el autor (o autora) de los hechos limpie su rastro de amor. Quizá no de su corazón, pero sí al menos del mobiliario urbano de la provincia para poner un punto de clemencia y decencia a esta demencia de… ¿amor?.
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