Bien embutidos por sus papás y sus mamás en un inagotable número de capas de ropa para combatir el frío, los niños y niñas de Zamora han tenido la oportunidad de hablar cara a cara con los ayudantes directos de los Reyes Magos. Los pajes de Gaspar, Melchor y Baltasar se han detenido este lunes en la Plaza Mayor de la capital para recoger las cartas de los pequeños que aún no habían enviado la suya en dirección a Oriente.

Sin perder la sonrisa a pesar de la gélida temperatura con la que les ha recibido Zamora, los pajes han atendido las peticiones de los niños y niñas y han recompensado su espera con caramelos y con la promesa de que entregarán puntualmente las cartas a los Reyes Magos. Todas las misivas han ido a parar al Buzón Real, una caja que aglutina los deseos de todas las personas que viven con ilusión la llegada del 6 de enero.

Además, para darle mayor enjundia a esta visita tan especial, toda la Plaza Mayor se ha llenado con juegos tradicionales para que los niños y niñas se desahogasen una vez superada la tensión de entregar la carta. Algunos de ellos se animaron también a pintarse la cara gracias a las dos expertas encargadas de caracterizar los rostros con divertidos personajes.

Sin embargo, más éxito que los juegos y mayor tirón aún que los propios pajes (y probablemente que los Reyes Magos si hubiesen acudido en persona) ha tenido el puesto de chocolate con churros, que ha funcionado de manera gratuita para los clientes, gracias al auspicio de una entidad bancaria y del Ayuntamiento, y que apenas ha tenido respiro en una tarde mágica que se repetirá el 2 de enero, cuando los más rezagados todavía podrán entregar su carta a Gaspar, Melchor y Baltasar.

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