Muchos pueblos zamoranos tienen en el verano sus fiestas y, con ellas, un rito ancestral, como son los ofertorios. Las gentes, con vistosa indumentaria, danzas y músicas, viven momentos de emoción con estas peculiares escenificaciones de agradecimiento por los frutos recibidos de la tierra a la Virgen o al Santo de turno.

El acervo tradicional es la seña de identidad de un pueblo. Es su representación de la vida, la herencia de generaciones, porque, como decía Ángel Carril, reputado etnólogo y folclorista, hacer bello lo útil para manifestar los sentimientos es la filosofía que sustenta el arte popular.

En concreto, las localidades de la provincia de Zamora que celebran sus fiestas tradicionales en honor de San Roque son: Alcañices, Cobreros, Castrogonzalo, Cubo de Benavente, Ferreras de Arriba, Hermisende, Lanseros, San Martín de Tábara, Piedrahita de Castro, Pinilla de Toro, Porto de Sanabria, Castellanos, Carbajalinos, Santa María de la Vega, Villafáfila, Villalpando, Villamor de los Escuderos y Villanueva de las Peras.

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