El Villaralbo y el Cerceda se jugarán el pase en Galicia, tras empatar a un gol en el encuentro de ida de la primera eliminatoria por el ascenso a Segunda División B, celebrado en la Ciudad Deportiva Fernández García. En un duelo tremendamente equilibrado, un zarpazo de Garban, por parte de los locales, y otro de Granada, del lado visitante, aportaron brillo a un choque, por lo demás, bastante anodino, en el que ninguno de los dos contendientes consiguió someter al rival, más allá de algún destello puntual.

Ese equilibrio fue la tónica general desde el inicio. El Villaralbo buscó generar peligro a través de segundas jugadas, con Conde, Garban y Mato como estiletes desde la segunda línea, pendientes siempre de los balones que trataba de bajar Javi Ballesteros. El ariete de Montamarta se fajó con una defensa muy experimentada, que le dejó poco margen de maniobra. En la otra mitad del campo, el Cerceda trató de generar juego por los costados, pero no se acercó con peligro a la meta de Viti en todo el primer tiempo.

Así discurría el duelo, bloqueado y sin ocasiones claras, cuando Garban cazó un balón suelto en tres cuartos de campo, se perfiló hacia su pierna natural y sacó un latigazo seco y duro al palo largo que se coló por la mismísima escuadra, ante el estupor de Marcos Valín y de la práctica totalidad de una parroquia villaralbina que tardó el procesar el golazo que acababa de marcar el futbolista salmantino.

El Cerceda se descompuso mínimamente tras el tanto y sufrió para mantener la entereza en el tramo final del primer tiempo, aunque el Villaralbo tampoco fue más allá de generar cierto peligro en jugadas que rondaron el área, pero que no terminaron en disparos francos. 

SEGUNDO TIEMPO MÁS ABIERTO

La situación cambió a partir del descanso. El Cerceda controló más y mejor el partido. Edu y Granada se hicieron grandes en la medular, aislaron a los atacantes del Villaralbo e impidieron la salida de los hombres de Tornadijo, que, sin llegar a sufrir, sí perdieron manejo de balón y se enredaron en una sucesión de pelotazos que no les condujo a ninguna oportunidad de poner tierra de por medio en la eliminatoria.

Los gallegos apretaban sin morder hasta que, en su primer disparo con peligro del partido, Granada le dio un vuelco a la eliminatoria. En el minuto 67, el exjugador del Zamora cazó una volea en tres cuartos de campo que se fue envenenando hasta golpear en el larguero y botar más allá de la línea de gol defendida por Viti. El colegiado concedió el tanto tras consultar con su línea y el banquillo visitante estalló de júbilo, consciente del paso que acababa de dar su equipo.

Durante los 25 minutos restantes, el Villaralbo apretó los dientes en busca del segundo. Dieguito encontró espacios entre líneas y ejerció de maestro de ceremonias en la distribución de la bola. Los hombres de Tornadijo lo buscaron por abajo, a balón parado y con algún disparo lejano, pero no encontraron el premio. Un zapatazo de Juan de la Nava que se marchó cerca del palo fue la ocasión más clara para los zamoranos, que terminaron exhaustos y más descontentos que un Cerceda que se marcha con un aceptable botín para el partido de vuelta.

 

 

 

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