El valor doble de los goles fuera de casa en una eliminatoria suele dar ventaja a los equipos que logran empates con goles a domicilio en la ida. Por el contrario, suele penar a las escuadras que reciben alguna diana en su estadio. Esa es la situación en la que se encuentra el GCE Villaralbo tras el empate a una diana que cosechó este pasado domingo ante el Cerceda gallego.
Mirando los precedentes del año pasado, de todas las eliminatorias de ascenso a Segunda B que se disputaron, tanto la de campeones como las tres rondas del camino largo del play off, tan solo seis finalizaron en la ida con empate a un gol. Tras ese resultado, que teóricamente favorece al equipo que ejerce como visitante en la ida, dos conjuntos lograron romper esa supuesta superioridad.
El primero de ellos fue el Sariñena, que empataba a una diana en su casa ante el Quintanar, y posteriormente en la vuelta lograba ganar por 2-3 para pasar a la segunda ronda del play off. El segundo que también se sobrepuso al 1-1 en la ida como local fue la SD Logroñés. Los riojanos empataban a un tanto en su casa y en la vuelta también empataba a una diana en casa del FC Ascó. Los rojiblancos lograron el pase a la tercera ronda en la tanda de penaltis.
Por su parte, los equipos que aprovecharon el 1-1 de la ida fuera de casa para certificar el pase en su feudo en el choque de vuelta fueron el AD San Juan (ante el Sporting San José en primera ronda), el Numancia B (frente al Sariñena en segunda ronda), el Atlético Levante (contra el Palencia en segunda ronda) y el Algeciras (ante la Segoviana en tercera ronda).
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