Los dos últimos equipos de la Segunda División se veían las caras en el último encuentro de la jornada. Fútbol Sala Zamora y Cidade Narón dejaron claro su lugar en la tabla en un duelo con muchas imprecisiones, errores y sobre todo carente de un ritmo lo suficientemente elevado como para resultar atractivo para el espectador. Quizás la presión de tener que ganar para los dos conjuntos atenazó a los futbolistas, que no estuvieron cómodos sobre la cancha y no pudieron dar continuidad a las jugadas de ataque. Al menos, los dos equipos se mostraron relativamente sólidos en retaguardia.
Durante los primeros diez minutos ninguna de las escuadras encontró el camino de hacer peligro al rival. Pero tras esos primeros diez minutos de juego insulso y anodino, el FS Zamora logró adelantarse en una buena triangulación entre Pichi y Velasco que este último culminó con un disparo potente desde la frontal. Los rojiblancos crecían sobre la cancha, pero ese crecimiento se vio estancado con cuatro pérdidas de balón consecutivas que hicieron que los nervios entrasen en el bando local. En una de esas pérdidas, Bebeto se plantaba solo ante Gómez y restablecía las tablas.
Quedaban cinco minutos y otra vez los nervios llegaron a los dos conjuntos. Unos nervios que esta vez hicieron cometer más fallos defensivos al Narón. En uno de esos errores, Pichi volvía a recuperar para servir a Velasco el segundo en boca de gol. El alcarreño conseguía un doblete antes del descanso, ambas dianas a pase de Pichi. Con ese 2-1 se llegaba al tiempo de descanso.
Tras el paso por vestuarios, el segundo acto comenzó como el primero. Juego sin verticalidad, profundidad, y por tanto sin ocasiones. Eso sí, los árbitros seguían crispando al respetable sumando faltas muy rápido a los dos equipos. La prueba es que cuando aún restaban diez minutos para el final, los dos equipos ya tenían cinco faltas en su casillero y estaban en riesgo de ser objeto de doble penalti. Pero tras esa locura de faltas, el partido se serenó y el FS Zamora comenzó a mandar nuevamente sobre el parquet. Dos balones a los palos eran el aviso del tercer tanto local. Un balón largo dividido entre Sergio Simón y el portero visitante Arrivi, lo aprovechó el benaventano para meter la puntera y hacer el 3-1. Tras eso, Chicho fallaba un doble penalti y ahí desaparecían los rojiblancos.
Ante ese marcador tan adverso, Narón apostaba por el portero jugador en los últimos cinco minutos y le salía bien la jugada. Porque en dos ataques en dos minutos anotaba dos dianas y ponía las tablas con una facilidad pasmosa. Se entraban en los últimos tres minutos con un partido nuevo, con empate y con los dos equipos en bonus de infracciones. Jacobo desperdició para Narón un diez metros a falta de un minuto y medio, y se entraba en los últimos segundos frenéticos. Pichi fallaba un mano a mano ante Arrivi y cuando restaban dos segundos, una pérdida de Velasco de último propiciaba el gol de Juve prácticamente sobre la bocina.
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