Los aficionados del Ruta de la Plata no vieron claro el triunfo de su equipo hasta el pitido final

 El grupo de socios que pretende reformar los estatutos del Zamora CF hace pública su propuesta
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Solo el pitido final del colegiado dio tranquilidad a una afición del Zamora que tenía muchas ganas de ver a su equipo tras caer sin paliativos en Palencia. La hinchada, que superó el millar de efectivos en las gradas del municipal zamorano, se entregó a su equipo y lo trató de levantar en los momentos de más agobio en un tarde gélida de finales de invierno. 

Pese a que Balta en la rueda de prensa posterior al partido explicó que los jugadores pudieron acusar el “runrún que había en la grada”, lo cierto es que se percibió más expectación e incertidumbre que reproche al plantel rojiblanco. No obstante, los zamoranos siguen siendo líderes del Grupo VIII de la Tercera División. Por eso, celebraron con rabia el gol de penalti, alentaron cuando se rozó la segunda diana en varias ocasiones y también trataron de levantar al equipo en los momentos en los que el Atlético Bembibre se lanzaba a tumba abierta a por la diana del empate. 

Fue en ese tramo final cuando más nervios se percibieron en una grada que echaba de menos el juego fluido que mostró el equipo en la parte central de la temporada y que permitía a los zamoranos ganar con solvencia cada contienda. Una solvencia que parece haberse diluido y por ello la parroquia local se afanó por pedir la hora en los últimos compases. Un final que permitió a la grada celebrar con vehemencia el triunfo por la mínima que sirve para ganar un punto más de diferencia con respecto al segundo clasificado, que ahora es la Gimnástica Segoviana.

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