La Estación Biológica Internacional (E.B.I.) y su representante en España, Europarques, presentaron en el día de ayer, 18 de diciembre, sendas denuncias, ante el organismo anticorrupción de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude y ante la Dirección de Medioambiente de la Comisión Europea. Las denuncias afirman que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, financió con fondos europeos la construcción de cinco Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (E.D.A.R.) en el entorno del Lago de Sanabria. "Todas las depuradoras resultaron fallidas a partir del año siguiente al de su inauguración en el año 2000, permaneciendo inactivas hasta su denuncia pública por parte de la E.B.I. en el año 2013. A fecha actual, los vertidos persisten frente a la dificultad económica y escándalo público que supone la total reconstrucción del sistema, recomendada por el informe oficial de 2008 que permaneció oculto en la Junta de Castilla y León durante 6 años, hasta su filtración a los medios y posterior reconocimiento por parte del Consejero de Medioambiente en su intervención en Cortes de 29 de abril de 2014", destacan desde Europarques.
Tras años de desmentidos oficiales al más alto nivel, incluido el del entonces Ministro Arias Cañete, la Junta de Castilla y León "no tuvo más remedio que ordenar a Insituform S.A. este verano el inicio de las obras de reparación señaladas en su propio informe oficial sobre las depuradoras, elaborado por Eurostudios entre 2006-2008, y que mantuvieron oculto hasta su filtración involuntaria a los medios". Durante toda la campaña turística 2014, la Junta se ha visto también obligada a contratar los camiones cisterna de la empresa STLIMA para la retira diaria de miles de litros de residuos fecales de las cinco depuradoras que rodean las playas del Lago de Sanabria. La nula eficacia y paralización de las depuradoras desde el año siguiente al de su inauguración en el 2000, se acredita también en el citado informe de Euroestudios en el que participó la propia C.H.D. – Confederación Hidrográfica del Duero, determinando con claridad, tanto la ruina integral del sistema, como el origen del fósforo que ahora se pretende achacar políticamente a la ganadería y el cambio climático.
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