El primero de esos duelos para el Zamora será el de Luanco. Los rojiblancos se miden al Marino en un campo poco propicio pero en el que ya han sacado puntos los zamoranos en varias visitas. Pese a todo, el equipo de Roberto Aguirre no puede detenerse en la historia ni en las características del terreno de juego. Solo puede detenerse en encontrar el camino de una victoria que urge para coger confianza y salir de las posiciones de descenso.
Aguirre se ha llevado hasta Luanco a diecisiete jugadores y será horas antes del duelo cuando realice un descarte. Todo apunta a que el once del Zamora no será muy diferente al plasmado en los últimos encuentros. Las dos mayores dudas pueden estar en saber quién acompañará a Ochoa en el centro del campo y quien forme en la punta del ataque. En la primera de las opciones no entrará Salva Rivas, que sufre una lumbalgia y su presencia en el equipo dependerá de su evolución. Una evolución en la que no se han marcado plazos.
Enfrente un Marino de Luanco que al igual que el Zamora suma tres puntos, aunque merced a tres empates. El equipo de Quirós tampoco ha terminado de conjuntarse todavía, después de que este verano cambiase toda la zona ofensiva. Pese a todo, el factor campo puede darle un punto más de favoritismo en un encuentro en el que los dos equipos están obligados a ganar pese a las pocas jornadas que se llevan disputadas. Una victoria permitirá respirar, mientras que una derrota oprimirá aún más al equipo perdedor.
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