La fuga de jóvenes talentos españoles al extranjero continúa siendo una constante, dada la mayor presencia de oportunidades que hay en otras zonas de Europa o de Estados Unidos. Este éxodo también afecta, cómo no, a Zamora y a su población juvenil, que emigra en busca de un futuro que labrarse lejos de las fronteras provinciales. Eso hizo en su día Noelia Justo, una joven de apenas 24 años que ha optado por orientar su formación y sus primeros pasos profesionales hacia diversos destinos continentales.

Actualmente, Noelia cursa un MBA en Dirección Hotelera en Lucerna (Suiza) y se encuentra realizando prácticas en un complejo ubicado en Sankt Moritz. Desde allí, cogió un tren a comienzos de semana para participar en lo que califica como "una experiencia única": trabajar como voluntaria en el departamento de 'Hospitality' montado por la UEFA para la final de la Europa League.

Antes, la solicitud de esta joven zamorana había sido escogida entre el elenco de candidatos, gracias al consejo de uno de sus profesores, que le informó de esta opción, y a su perspicacia para pasar una serie de pruebas de selección: "Yo no sabía ni que la final era en Suiza", reconoce. Una vez allí, pudo comprobar cómo es el ambiente de una final europea "desde la perspectiva del estrés y de que cada minuto cuenta", lejos de las Fan Zone de los equipos y de la diversión de las calles.

Noelia aprovechó sus conocimientos avanzados de español, inglés y alemán, así como su capacidad para comunicarse también en italiano, para ser muy útil en la labor del departamento: "Se apoyaban en mí si necesitaban traducción y me trataban como a una trabajadora más", subraya. Eso durante el martes y buena parte del miércoles, cuando estuvo ayudando en la cafetería de los medios de comunicación y a cargar las comidas para los voluntarios, entre otras muchas cosas.

Ya a la hora del partido, la zamorana pudo ver, desde la grada, cómo el Sevilla se hacía con su quinta Europa League: "En el estadio había mucha más gente del Liverpool. Prácticamente todo el estadio estaba a su favor, así que puedes imaginarte la decepción que se llevaron", recuerda.

Uno de esos seguidores del equipo 'red' viajaba en el tranvía en el que Noelia iniciaba su viaje de regreso a Sankt Moritz y pudo escuchar cómo la zamorana se reprochaba - en inglés - no haberle comprado una bufanda conmemorativa del encuentro a su hermano. Al bajar, ese mismo aficionado se acercó a ella y le entregó la suya tras espetarle: "No quiero recordar este día". Una jornada inolvidable para unos y decepcionante para otros, que concluyó para esta joven zamorana con una "dura" vuelta a los turnos de trabajo en el hotel.


 

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