Si algo ha dejado patente el Zamora en las primeras jornadas ligueras es que el equipo necesita de un líder que sea capaz de tomar las riendas cuando la situación así lo requiera y contagie al equipo de la motivación necesaria cuando el encuentro se decanta hacia el bando rival. El año pasado, Roberto Aguirre tenía en Alberto Prada a una de sus prolongaciones en el césped, pero otros jugadores como Imanol, Ramiro, Jacobo Trigo o Miguel Santos ejercían igualmente de líderes en varias fases del partido.

A día de hoy, y a la espera de que Alberto Prada adquiera su mejor nivel después de llegar muy tarde en pretemporada, el Zamora carece de ese jugador o esos jugadores que sean capaces de sostener al equipo cuando la situación se torna negativa. Fran Ochoa lo ha intentado algún domingo, pero sigue sin tener esa presencia que podía asumir el año pasado cuando compartía doble pivote con Jacobo Trigo.

Curiosamente, en la primera parte ante el Celta B fuero Cristian y Dani Mateos quienes intentaron tirar del equipo a base de garra, intensidad e incluso agresividad bien entendida. También Kurbus dejó buenas sensaciones en el graderío como jugador capaz de asumir galones en un puesto tan delicado como el de central.

El hecho de que ante el Celta B, por ejemplo, siete de once jugadores fuesen nuevos en el equipo también influye. Tan solo repetían con respecto al año pasado los dos laterales, Prada y Mateos, y los dos mediocentros, Cristian y Ochoa. Por eso, de momento todavía se espera el paso al frente de algún jugador que dentro del sistema implantado por Roberto Aguirre sea capaz de asumir el rol de líder en el campo.

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