Hace justamente un año tuvieron lugar las Elecciones Municipales y Autonómicas en España, unos comicios marcados por la irrupción de los nuevos partidos, aunque Podemos no se presentase con sus siglas, y por el cambio de signo que se produjo en muchos ayuntamientos, incluidos los tres de mayor tamaño en la provincia: Zamora, Benavente y Toro.

En el caso de la capital, la noche electoral se vivió con especial emoción en la sede de Izquierda Unida, el partido que más creció y que más se vio beneficiado por la suma de concejales. A pesar de que la formación se quedó a tan solo catorce votos de obtener nueve y no ocho representantes, su presumible unión con el PSOE, que se llevó cinco, era suficiente para desbancar al PP tras veinte años de mandato en Zamora.

Posteriormente, la crisis socialista cambiaría mucho el tablero, pero ya en aquella noche Guarido apeló a que no se repitiera el fracaso en las negociaciones del 2007, mientras que, al otro lado, Clara San Damián, agradecía el hecho de haber sido la lista más votada, pero lamentaba el desencanto de la gente.

En el resto de la provincia, la noche estuvo marcada por la tensión en Benavente, un nerviosismo provocado por la igualdad en el equilibrio de fuerzas, que finalmente benefició al PSOE de Luciano Huerga. Menos dudas hubo en Toro, donde Tomás del Bien arrasó a Sedano.

Más tarde, pudieron realizarse también las cuentas para la Diputación, unos números que volvían a favotecer al PP de Fernando Martínez-Maíllo, que aquella noche apuntaba a presidente, aunque finalmente renunciara para ocupar un puesto de gran responsabilidad en el partido.

 

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído