Para la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Zamora el valor de compartir se encuentra muy arraigado durante los 365 días del año dado su carácter de voluntariado, pero durante las navidades ese espíritu se ve acrecentado. Un espíritu que queda patente, por encima de todas las actividades en las que colaboran, con la organización de la tradicional cena de Nochebuena que este colectivo, con ayuda de muchos establecimientos, ofrece a los vecinos más desfavorecidos de la capital zamorana.
Como cada 24 de diciembre en los últimos veinticinco años, los voluntarios de Protección Civil, encabezados por la responsable de la actividad María Cabezas, se convierten en expertos camareros para servir una cena de gala a los ciudadanos que cuentan con graves problemas económicos o sociales, y que en estas fechas no pueden hacer frente a un plato de comida o que se encuentran solos y buscan una compañía humilde para pasar esta noche tan señalada.
A las seis y media de la tarde un autobús dejaba en el Corazón de María a una veintena de comensales. Nada más llegar, todos se reunían alrededor de una mesa y comenzaban a degustar los productos donados por las más de treinta firmas colaboradoras con el evento. Entremeses, langostinos, sopa de pescado y pastel de verduras fueron los primeros platos. Rabo de toro, lomo, carrilera, jamón asado y pescado fueron los segundos. Para acabar, tarta, dulces navideños, cava y café.
A las nueve de la noche, y con el autobús ya de vuelta, los voluntarios de Protección Civil envolvían los excedentes de comida para llevarlos a los comedores de las monjas de la caridad. Este lunes, 25 de diciembre, los voluntarios regresan al colegio Corazón de María para dejar el comedor de este centro educativo tal y como lo encontraron, a la espera de que el año que viene vuelva a celebrarse esta tradicional cena que busca hacer sentir la Navidad a aquellos que por diferentes circunstancias se encuentran en situación muy complicadas.
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