El debut de Eloy Doce en el banquillo del CD Zamarat Quesos El Pastor no pudo comenzar de peor manera. Las zamoranas salían desorientadas al choque, carentes de intensidad y con nula capacidad competitiva. Minutos iniciales de desconcierto local que aprovechó Araski para cimentar sus primeras ventajas. Una renta que se disparaba al final del primer cuarto al 10-23.
Todo estaba en contra, pero la reacción de las naranjas fue brutal. Ainhoa López fue la encargada de encabezar la reacción. La exterior del CD Zamarat no solo anotaba sino que sobre todo ponía sobre la pista un punto de intensidad mayor que sus compañeras, para lograr contagiar a las suyas. Junto a ella, una Marina Lizarazu que volvió a dar una clase de dirección, calidad y anotación. Entre las dos, consiguieron liderar un parcial de 11-0 antes del descanso para cerrar el marcador con la remontada consumada (37-35).
Tras el descanso, a la dupla anteriormente mencionada se unía Celia García. La vallisoletana, al igual que Ainhoa, le imprimía el carácter que le faltaba al equipo. Eso, junto al acierto de Butler y Vega, permitían al CD Zamarat irse a ventajas de diez puntos. El cuarto siguió siendo favorable para un equipo naranja que mantenía el tipo en ataque y se defendía atrás, aunque con apuros. Se entraba en el último parcial con 62-55 para las zamoranas.
Un parcial que se iniciaba con un 5-0 de inicio para las jugadoras de Eloy Doce, que lograban su máxima ventaja (67-55, min.33). El duelo estaba encarrilado. Ivezic se unía a la fiesta ofensiva, aunque su aportación defensiva no era la adecuada, por lo que volvió al banco. Doce se la jugó con Jenkins en los momentos decisivos, pese a no tener un día especialmente brillante.
Con todo, el Quesos El Pastor entraba con 72-62 a falta de tres minutos. Pero ahí comenzó el descalabro. Pérdidas de balón inexplicables, lanzamientos errados, miedo a asumir las posesiones y un gran acierto de Araski, ponía a las vascas 76-77 con una canasta a falta de cuatro segundos. La última jugada se afrontó sin criterio, con Ivezic obviando a Lizarazu que estaba sola, la mejor del partido, y dando la responsabilidad a una desacertada Jenkins, que falló el lanzamiento decisivo sobre la bocina, que llevaba al Zamarat a una nueva derrota.
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