El Zamora tira de casta, coraje y pundonor para doblegar al Sant Andreu y alcanzar la final
Los de Movilla remontan el 2-0 y aguantan el resultado en la prórroga para alcanzar la final del playoff
Era el día, era la hora, y Zamora entera lo sabía. El sol había conseguido abrirse paso entre el manto de nubes para poder irradiar su luz sobre el césped de un Ruta de la Plata que este domingo tenía una cita con la épica. La parroquia rojiblanca había elegido creer y ese ambiente de remontada se respiraba en cada rincón de una ciudad volcada con el deporte patrio como pocas veces se ha visto. Ello quedó patente con el pasillo realizado ante el Juvenil A de los rojiblancos y los jugadores del CB Zamora, que este sábado lograba el ascenso a LEB Oro.
Todo parecía indicar que se iba a vivir un partido de grandes dimensiones, en el que se enfrentarían dos grandes equipos: uno que demostró ser mucho más que un recién ascendido, y otro que quería dejar claro que un 2-0 no significa nada y cuando Zamora se une por un objetivo común es capaz de lograr cosas que a priori podrían resultar impensables.
Apenas unos minutos después de las 19:30 horas, la caprichosa echaba a rodar sobre el tapete del Ruta de la Plata para dar paso a los habituales minutos de tanteo entre los dos equipos. Las primeras ocasiones llegarían para el cuadro local, aunque sin poner en demasiados apuros a Nil, cancerbero visitante. Los rojiblancos habían salido mejor plantados en el césped y habían logrado embotellar al Sant Andreu en su propio campo gracias a una asfixiante presión en zona de tres cuartos de campo.
La superioridad del Zamora quedaría plasmada en un gol que metía de lleno al club rojiblanco en la eliminatoria, en la que después de un rechace del portero a un remate del ariete zamorano, Cañizo lograba mandar el cuero al fondo de las mallas para permitir soñar a toda una ciudad. El Zamora CF quería hacer bueno el dicho de que 'quien golpea primero golpea dos veces', y encandenó varias ocasiones con un Sant Andreu que estaba en la lona.
El delirio se desataba en el feudo rojiblanco al filo del descanso gracias, de nuevo, a Cañizo, que con un inapelable cabezazo a un centro desde la derecha, cruzaba el balón al palo largo ante el que el cancerbero visitante nada pudo hacer. El Zamora había creído más que el Sant Andreu, y con más de 45 minutos todavía por delante, todo estaba igualado de nuevo, con la salvedad de que los zamoranos ahora tenían la ambición por las nubes y los visitantes, profundamente noqueados.
El encuentro se iba al descanso con el 0-2 campeando en el electrónico y, en el seno de la parroquia rojiblanca, lo que antes era fe se había convertido en ambición, en hambre y en la certeza de que este equipo y esta ciudad pueden conseguir lo que se propongan.
Tras el entreacto, volvía a ponerse la pelota en juego y el Zamora CF seguía llevando la batuta del encuentro, con posesiones largas, sin la agobiante presión de una remontada que se había conseguido, pero a la que le faltaba la guinda del tercer tanto que lo pusiera en la final por el ascenso. El Zamora CF seguía mandando y controlando a un Sant Andreu que no conseguía frenar las acometidas zamoranas.
Un Sant Andreu completamente desdibujado no era ni la sombra del férreo y poderoso equipo que avasalló al Zamora en el encuentro de ida y Movilla había superado con solvencia la táctica de su homólogo en el banquillo visitante. Los rojiblancos ya sabían que tenían el cronómetro a su favor pues, en caso de empate y tras una hipotética prórroga, el Zamora CF sería el equipo clasificado por haber quedado en mejor posición en liga regular.
Cada acción favorable a los locales convertía a un Ruta de la Plata nervioso, pero ruidoso, en un auténtico hervidero que no paraba de jalear a los suyos en el camino hacia la final por el ascenso a Primera Federación. Comenzaba el tiempo extra y el Zamora se salvaba in extremis del que podría haber sido un golazo que los dejara fuera, aunque la madera o el destino decidieron que esa pelota no se colara en la escuadra de Fermín Sobrón.
El Sant Andreu había dado un paso adelante con la entrada de la prórroga, pero el Zamora CF, consciente de la situación, comenzaba a jugar con el tiempo. No obstante, todo parecía torcerse para el Zamora CF cuando Etxaburu, que apenas llevaba cinco munutos en el campo, era expulsado tras recibir la segunda amarilla, pues la primera la había recibido cuando aún estaba en el banquillo.
Los extenuados locales comenzaban a sentir la carga física que supone un partido de tanta intensidad y sabiendo, además, que los últimos quince minutos tendrían que afrontarlos con un efectivo menos que su rival. El Zamora CF seguía tirando de coraje, de casta y de pundonor para aguantar un resultado que los ponía en la final por el ascenso. El cronómetro seguía avanzando y el objetivo estaba cada vez más cerca.
Finalmente, el marcador ya no se movería y el júbilo invadía los miles de corazones que durante dos largas horas latieron en rojiblanco para guiar a su equipo a la victoria. El Zamora y su enfervorecida hinchada habían elegido creer, creyeron y lo lograron. Ahora solo queda pensar en el siguiente escollo, el último, para superarlo y llegar a Primera Federación.
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