El adiós de Paco deja huérfano el kiosco La Farola tras más de seis décadas
Paco regentaba en los últimos años un establecimiento que es icónico para los zamoranos
Pasar por la avenida Alfonso IX en la esquina con la plaza de la Marina deja una sensación diferente desde este sábado. El portal número 2 de esta calle permanece cerrado, una estampa que choca con la presencia del kiosco La Farola que, hasta este mismo día, regentaba Paco desde hacía cinco años, quien se encargaba de saludar a todo el que pasase por la zona.
Anunciada su jubilación el pasado 19 de enero, este incansable zamorano llevaba días organizando la despedida y durante la mañana del viernes recibió el cariño de su clientela recibiendo churros a primera hora, cajas de bombones o una botella de vino. Muestras de cariño de unos clientes que en los últimos cinco años han pasado de manera diaria por un kiosco donde Paco siempre estaba detrás del mostrador.
Todo ello con visitas ininterrumpidas a lo largo de la jornada, donde muchas personas acudieron a despedirse del propio Paco sin necesidad de comprar algún artículo o encargar algo, simplemente buscando despedirse de una persona de las que forman parte del día a día de muchos y que, desde este inicio del mes de abril, habrá que encontrarse paseando por Zamora pero alejado de periódicos, revistas, cromos o colecciones de toda índole.
Con un cuarto de siglo dedicado al sector, este zamorano cerraba la puerta del portal por última vez este viernes a la espera de un sucesor para un kiosco que desde hace más de 60 años ha estado abierto al público.
La Farola, de momento, permanece con la puerta cerrada a la espera de un nuevo inquilino. Sucesos que por ahora no se ha confirmado y que recogería el testigo de un Paco que ha dicho adiós a un rincón reconocido por todos los zamoranos a la espera de un nuevo comienzo ante un futuro por escribir.
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