La inflación se ha erigido como uno de los grandes problemas para las familias zamoranas en los últimos meses. El encarecimiento de productos de todo tipo, también los de primera necesidad, así como el coste de la energía ha llevado a tener un mayor gasto a final de mes respecto a fechas anteriores.
Pero esta problemática no se ha quedado únicamente en la vida personal, sino que se ha trasladado a los negocios y a los distintos sectores económicos del país. Entre ellos, la hostelería es uno de los más afectados con cuantías de luz de hasta 3.000 euros.
Si bien los hosteleros zamoranos miran con mejores ojos la Navidad de este 2022 respecto a la anterior, donde la sexta ola del coronavirus arrasó con sus agendas de reservas a través de una constante cancelación de comidas y cenas, el recelo sigue presente.
“Hay mucha ilusión pero hay temor a los costes brutales”, reconoce Óscar Somoza, presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios Hosteleros (Azehos). Costes que han traído quebraderos de cabeza a empresarios que recibieron reservas hace semanas y han visto como la variación de los precios hace imposible trabajar con márgenes.
Si bien la Navidad está cerca, el gran objetivo de los hosteleros pasa por este puente donde las reservas giran entorno al 70% de la capacidad para una “semana crucial” en un sector que, pese a todo, “tiene mucho temor a la segunda mitad de enero y el mes de febrero”, recalca Somoza.
Por ello, el sector no deja de recordar la importancia de invertir en él, reafirmando en palabras del presidente de Azehos que “por cada euro hay un retorno mucho más grande”. Petición que hace asegurando que las administraciones “se han olvidado completamente de la hostelería”, un sector “estratégico” al que “hay que mimar mucho más” y que ya demostró que si para, “se para el país”.
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