¿Cuáles son sus inicios en el mundo de la política?
Mi experiencia en el mundo de la política entendida como lo público es como el de todas las mujeres, porque yo entiendo la política como algo en lo que se participa sin darse cuenta apenas. De hecho en lo que es el ámbito de lo público, no la política del poder, hay muchas mujeres participando. En asociaciones de madres y padres, asociaciones vecinales, ONG’s, asociaciones culturales. En ese ámbito de la política es muy habitual que haya muchas mujeres y yo empecé así.
¿Cómo dio el paso al siguiente nivel relacionado con la política?
Desde ahí yo di el paso al aspecto sindical, por cuestiones de trabajo y defensa de la educación, y finalmente di el paso a la política más institucional. Pero todo con mucha naturalidad.
¿Ha notado discriminación por ser mujer?
Como he tenido la suerte de militar siempre en la izquierda, en la izquierda sindical, sindicalismo de clase, en la izquierda política, en Izquierda Unida, no he sufrido de manera personal discriminaciones dentro de las organizaciones donde he estado.
¿Pero cree que existen?
Es evidente que existen. Precisamente como he estado en esos ámbitos sí he visto que hay discriminación, en todos los ámbitos de lo público. Pese a mi suerte de que yo nunca lo he vivido, sí que es cierto que lo he visto. Por eso soy una persona solidaria con otras, porque gracias a esa suerte he hecho lo que he querido y la mayor parte de las mujeres no han tenido esa fortuna.
¿Y cómo se combate?
Trabajando, demostrando que somos válidas y sobre todo luchando. Debemos ser feministas y ocupar puestos donde se toman las decisiones para que cambie la situación.