La incertidumbre no cesa en Ricobayo a pesar de la esperanza de las últimas lluvias

La situación del embalse durante los últimos períodos estivales ha sido una de las grandes preocupaciones en la provincia

Los embalses del Duero siguen mermando y bajan al 44% de su capacidad total pese a las últimas lluvias
Los embalses del Duero siguen mermando y bajan al 44% de su capacidad total pese a las últimas lluvias

Caen las primeras gotas y muchas personas corren a casa, pero otras muestran una ligera sonrisa por el devenir de los próximos meses y como, esas nubes de principios de año, pueden significar un cambio considerable.

Esa segunda sensación se da en muchos casos de los vecinos del entorno del embalse de Ricobayo. Personas con negocios vinculados a la altura del agua, familias que de manera indirecta viven de él o, simplemente, vecinos que quieren olvidar la imagen de los últimos veranos que colocó a este lugar de la provincia como uno de los focos de preocupación por la sequía de la mayor parte de la sociedad.

La falta de agua por la ausencia de lluvias y la apertura de puertas para generar más electricidad dejó imágenes inéditas durante los pasados períodos estivales. Niveles del caudal muy alejados de lo habitual -incluso por debajo del 20%- y que complicaron el día a día de vecinos y trabajadores, quienes veían como uno de los lugares de recreo en los momentos de calor se veía golpeado por la ausencia de agua.

Ahora, el año 2023 parece haber llegado con precipitaciones que se ven con alivio y se reciben con alegría. Lluvia que por el momento deja el embalse de Ricobayo con un buen nivel de agua -al 77,8% de su capacidad-, pero que desde los municipios anexos a este lugar miran con recelo a la espera de la llegada de la primavera. Ese será el momento en el que se podrá hacer balance, tal como explica Luis Alberto Miguel Alonso, alcalde de Muelas del Pan, quien recuerda que pese al malestar suscitado "el embalse se creó con el fin de generar electricidad, no de crear un lago por desgracia".

Un objetivo que ante el incremento de demanda eléctrica a través de las llamadas energías verdes afecta a Ricobayo con unos porcentajes de caudal en cuanto a mínimos y máximos, marcados por la Confederación Hidrográfica del Duero y que impiden que el propio Ayuntamiento pueda realizar alguna acción para cambiar esa imagen de infausto recuerdo.

No obstante, Luis Alberto Miguel Alonso deja claro que entiende que "hay malestar" por parte de los vecinos ya que "sin agua la gente no va a venir" y eso afecta en cuanto a turismo y el desarrollo económico de muchas personas en la zona. Por ello, no han cesado en sus reclamaciones de regresar a los estándares de veranos anteriores donde el desembalse era menor, aunque la decisión queda en el tejado de otros.

Por ahora, la mirada se alza al cielo en la zona de Ricobayo a la espera de que traiga nubes y precipitaciones durante esta etapa final del invierno, las suficientes para llegar a primavera con la esperanza de que el verano, esta vez sí, sea diferente a los anteriores.

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