El próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el movimiento feminista con el apoyo de organizaciones y colectivos políticos, sociales y sindicales convoca una huelga general de las mujeres a lo largo y ancho de nuestra geografía. Una convocatoria de denuncia “frente a las desigualdades, las discriminaciones y las violencias estructurales” que sufren más de la mitad de la población mundial, las mujeres, pero también de reivindicación de un nuevo modelo social, justo, democrático e igualitario.
Izquierda Unida Zamora apoya la huelga general, así como, llama a la movilización de todos y todas “con la que demostrar la fuerza del movimiento feminista y reivindicar de forma unitaria un país feminista, un país sin desigualdades de género y donde la emancipación de la mujer sea real y posible”.
En este marco, desde el Área de Juventud, esta formación celebraba un acto público este pasado viernes en el salón de actos de La Alhóndiga con el que repasar y revivir la historia de la lucha por el feminismo, su desarrollo y la importancia de luchar hoy día por una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres.
En él fueron protagonistas las madrileñas Carmen Álvarez (socióloga) y Ana Jiménez (enfermera y matrona), que mostraron ese camino de lucha histórica por el empoderamiento y emancipación de las mujeres y contra el sistema patriarcal que a su juicio “oprime e impone los roles que tenemos que desarrollar en la sociedad capitalista en que vivimos”.
Ambas hicieron una radiografía de un mundo “cuyo funcionamiento, datos y prácticas las engloba y las dibuja en escenarios en los que las mujeres en todo el mundo ganan sólo entre el 60 y el 75 por ciento del salario de los hombres en trabajos de igual valor. Donde en nuestro Estado, el trabajo dedicado por las mujeres a los hogares, al cuidado y a la reproducción alcanza el 53 % del PIB, recayendo en las mujeres gran parte de lo que debería estar atendido a través de los servicios públicos”.
Igualmente recodaban: “El aborto no está garantizado para todas las mujeres y el código penal lo sigue contemplando como un delito. La misoginia recorre la cultura y la ciencia en todos sus ámbitos. Las agresiones sexuales y las violaciones, en algunos casos, han pasado de ser actos criminales individuales a formas grupales cada vez más presentes junto con los continuos asesinatos de mujeres, que deben traducirse en un rechazo frontal a esta inaceptable realidad, que consolide la construcción de una cultura antipatriarcal para erradicar esta violencia sistémica de la vida de las mujeres. La notoria expansión que está adquiriendo el debate y la demanda de los vientres/úteros de alquiler. Así como las miles y miles de mujeres y niñas traficadas para consumo sexual de los hombres y su irrefutable conexión con la “industria del sexo” y la prostitución”.